POR: REDACCIÓN.
20 DE MARZO 2020.
Con tres años siendo director de la escuela chárter ACRMA4, Sean Holiday comentó que, tras hacer un asesoramiento de lectura con cerca de 450 estudiantes descrubrió que el 92% estaba leyendo por debajo del nivel y que el 75% demostraba un atraso de tres años o más.
Holiday tiene una teoría, y es que si los niños no aprenden a leer a tiempo, para cuando entran a la preparatoria pueden ser más propensos a salirse de la escuela o a tomar clases de recuperación, lo que lleva a atrasos que de repetirse podrían causar un efecto dominó que puede impactar de forma negativa en el futuro de los niños.
Al darse cuenta de que la situación era más grave de lo que parecía, decidió reunirse con los padres de familia para notificarles su hallazgo y luego de ello los padres se mostraron abiertos para ayudar a sus hijos.
Su solución fue poner en practica el Wilson Reading System (WRS), un programa de instrucción que ayuda a los lectores con dificultades, el cual ya había ultizado en el pasado con otros estudiantes. Sin embargo, antes de implementarlo se enfrentaba a un problema: ¿de qué manera podía implementar el programa sin afectar las demás clases?
La solución no fue menos que creativa. Holiday decidió remover unos minutos de las clases de educación física y de las selectivas para añadirlas a las de lectura, de esta manera todos los niños contarían con sus cinco clases regulares más una dedicada solamente a la lectura.
La escuela ACRMA4 tiene 98% de estudiantes latinos de los cuales el 95% son de bajos ingresos y el 20% son aprendices de inglés, por lo que los resultados no hicieron más que brindar alivio a unos padres preocupados por el desempeño de sus hijos, además de iniciar en el increíble mundo de la lectura a cientos de niños.
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